Habida cuenta de las conclusiones de la Autoridad con respecto a los efectos cancerígenos de la Acrilamida, contaminante que constituye un peligro químico en la cadena alimentaria, según definición del Reglamento (CEE) no 315/93 del Consejo y, como tal, es necesario, mediante el establecimiento de medidas de mitigación apropiadas, garantizar la seguridad alimentaria y reducir la presencia de acrilamida en los productos alimenticios con materias primas que contengan sus precursores. Los niveles de acrilamida pueden reducirse mediante un enfoque de mitigación, como la aplicación de prácticas de higiene correctas y de procedimientos basados en los principios del análisis de peligros y puntos de control crítico